- A ver, a ver, los quiero ver formaditos con los papeles en una mano y las llaves en la otra.
Ordenó el sargento a los encargados del estacionamiento.
Y a los soldadetes recién llegados a Juárez, en su primer operativo de extorsión. Les instruyó contar los vehículos estacionados.
- Son quince mi sargento. Le reportaron de inmediato.
- ¿De qué se trata oficial? Preguntó uno de los amenazados, mientras dos de los subordinados del sargento cortaban los cables de las cámaras de video empotradas en el interior del estacionamiento privado, ubicado en las calles de M. Cardona y Cristóbal Colón, de la zona centro.
- Operativo de rutina, mi amigo. La acción forma parte de las revisiones que se hacen en la Ciudad.
- Oiga, pero están quitando nuestras cámaras de vigilancia, y eso es un abuso.
- ¡Está prohibido montar cámaras en la vía pública, señor!
Dos unidades oficiales se estacionaron estratégicamente afuera del estacionamiento, para evitar curiosos y personas incómodas que pudieran interrumpir el atraco.
- Bueno, pues ya se la saben. Van a ser 100 dólares por unidad si no quieren que las aseguremos y las pongamos a disposición del MP FEDERAL.
- ¿Trae usted una orden de cateo, oficial?
- No la necesitamos. Son autos robados y los sorprendimos in fraganti. Así que traigan aquí 1,500 dólares y nos vamos.
Los elementos duraron en el lugar alrededor de dos horas y debido a que no se contaba con el dinero exigido, ni tampoco con los documentos de los vehículos ahí estacionados, alguien hizo una llamada.
A los pocos minutos, irrumpen en la escena, los medios de comunicación, y los cuicos optaron por retirarse del lugar.
Los extorsionadores fueron identificados como elementos del batallón 105 destacados en la frontera de Coahuila.
Los afectados se quedaron con miedo de que los agentes regresen de nueva cuenta y causen más daños a los dueños del lugar.
